Edad e infertilidad

Impacto de la edad materna en la infertilidad

Aunque la incidencia global de la infertilidad en la población general se ha mantenido prácticamente estable, en los últimos treinta años se ha producido un cambio significativo en la demografía de la fertilidad y la maternidad en Estados Unidos. Entre las mujeres de 35 a 39 años, el número de primeros nacimientos aumentó más de un 35% entre 1991 y 2001; la tasa entre las mujeres de 40 a 44 años aumentó un 70%. Debido a la favorable, y a menudo incompleta, cobertura mediática de la edad materna avanzada, muchas mujeres creen que existen pocas contraindicaciones biológicas para retrasar la maternidad. Otras aplazan la concepción para perseguir otros objetivos, sin ser conscientes de que su potencial de fertilidad disminuirá con el tiempo.

Un artículo publicado recientemente en el New England Journal of Medicine (L. Heffner, noviembre de 2004) destaca el impacto del aumento de la edad materna en las tasas de embarazo y aborto espontáneo, así como en los resultados materno-fetales. Además de subrayar el descenso significativo de las tasas de embarazo con el aumento de la edad materna, el Dr. Heffner también destaca el riesgo de resultados adversos. Por ejemplo, las tasas de aborto espontáneo aumentan casi exponencialmente con la edad: de menos del 10% en las mujeres de 20 años, a más del 90% en las mujeres de más de 45 años. Al mismo tiempo, con la edad aumenta el riesgo de anomalías cromosómicas (aneuploidías), como el síndrome de Down. Estos fenómenos se han atribuido en gran medida al deterioro de la calidad de los ovocitos u óvulos con la edad. El Dr. Heffner sugiere que la década comprendida entre los 25 y los 35 años parece ideal para planificar la concepción desde los puntos de vista físico y social: las mujeres de esta década suelen estar sanas y han completado la mayor parte de su formación educativa o profesional. También es el momento de fertilidad óptima.

Sin embargo, las mujeres mayores de 35 años disponen ahora de muchas opciones nuevas, incluidos los avances en tratamientos de fertilidad como la fecundación in vitro (FIV), la donación de óvulos y la gestación subrogada. El DGP puede ayudar a reducir el riesgo de las anomalías cromosómicas más comunes. Las mujeres interesadas en buscar la fertilidad más adelante en su vida pueden beneficiarse de la atención de un médico especialista en fertilidad que pueda proporcionarles las opciones de tratamiento más avanzadas para conseguir las tasas de embarazo más elevadas; el menor tiempo de espera hasta el embarazo; así como para abordar cuestiones importantes como la aneuploidía.