Lo que voy a compartir contigo no lo recomiendan los médicos, pero estaba ansiosa. Además, soy una maniática del control.
Comencé a hacer mi propio pequeño experimento en casa.
Dos días después de la transferencia de embriones comencé a hacerme pruebas de embarazo en casa. La razón por la que te dicen que no lo hagas es porque podrías terminar con un falso positivo o un falso negativo debido a la inyección de hCG . La primera prueba mostró un resultado positivo muy oscuro, así que pensé que era la hCG. Soy una persona que necesita respuestas de inmediato, así que esperar diez días nunca estuvo en mis planes.
Sin embargo, sabía que, aunque el resultado fuera negativo, no significaba que no estuviera embarazada, así que lo tenía presente cada vez que me hacía la prueba. Y me la hacía. Creo que en el Walgreens que estaba cerca de mí se acabaron las pruebas. Y nunca me han gustado las pruebas. Me hice más pruebas en esos 10 días que las que se hacen los estudiantes en los Países Bajos en todo el año.
Mi prueba pasó de positiva oscura (la primera prueba) a positiva clara. Luego todo empezó a oscurecerse. Muy oscuro. Vivía en el baño. Peter no me veía mucho. El día de mi primera prueba de beta-hCG supe en mi corazón que estaba embarazada. Eso, sumado a que me había hecho tantas pruebas ClearBlue® durante esos 10 días, hizo que las acciones de Swiss Precision Diagnostics subieran. Necesitaba el análisis de sangre para confirmarlo por completo antes de emocionarme.
Recibimos la llamada telefónica y, en palabras de la enfermera: "Ummm, estás SÚPER embarazada". Peter pensó que debería usar una capa. ¡Mi nivel de beta-hCG era de 760! ¡Madre mía! Mientras escribo esto, todavía estoy en estado de shock. Estamos en la luna.
¡ESTAMOS EMBARAZADAS WOO HOO!!!!!
– Jenn
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